EL MASAJE: UN ANTIDOTE CONTRA EL ESTRÉS

EL MASAJE: UN ANTIDOTE CONTRA EL ESTRÉS

No siempre somos capaces de superar las innumerables trampas de la vida moderna y el estrés que las acompaña. A menudo, la vida nos alienta y cada día debemos lidiar con los trastornos emocionales: del pesimismo de nuestro entorno más próximo a las noticias deprimentes de los medios de comunicación; desde el medio ambiente que nos bombardea de ruido y polución a las radiaciones eléctricas que nos rodean.

Interiormente, padecemos de nuestro perfeccionismo: deseosos de satisfacer a los demás, establecemos una multitud de objetivos en un espacio de tiempo demasiado cortoMotivos de preocupación a veces infundados, emociones demasiado interiorizadas pueden ser perjudiciales a nuestro bienestar y favorecer el estrés.

Cada vez somos más los que hacemos malabarismos entre obligaciones profesionales, familiares y vida privada. El estrés que se desprende deteriora muchas de nuestras relaciones con los demás. No es de extrañar que nuestra salud esté empeorando!

Nuestros modos de vida nos obligan a desencadenar comportamientos de «huida o lucha»: bajo el estrés, los músculos se tensan, dispuestos a ayudarnos a «huir o luchar». Presión arterial y ritmo cardiaco aumentan, nuestra respiración se acelera y nuestro hígado libera colesterol en la sangre. Nada de buen augurio para nuestra salud…

La buena noticia es que podemos detener esta espiral descendente adoptando un modo de vida sano y sobre todo, aprendiendo a relajarnos. La relajación puede adoptar varias formas y cada uno tiene que buscar la que funciona para sí mismo: un baño, un paseo, una sesión de yoga, un sauna, una lectura agradable, meditación, ejercicios respiratorios o, por supuesto, un buen masaje.

El masaje es algo esencialmente simple. Nos hace más plenos, más nosotros mismos. Los manos tienen el poder de transmitir esta posibilidad a otros.  A través del masaje, la zona del cerebro conectada al sistema nervioso parasimpático se estimula: el ritmo cardiaco y la respiración se frenan, la presión arterial disminuye y los sistemas inmunitarios y digestivos funcionan mejor.

El masaje es uno de los modos de relajación más eficaces porque ayuda a imponer silencio a aquella voz interior que siempre nos induce a hacer más y más rápido, imponiendo exigencias cada vez mayores. Nos estimula a respirar lenta y profundamente, relaja nuestra musculatura, ralentiza el ritmo cardiaco y la presión arterial, y por fin, nos permite sencillamente, vivir mucho mejor.

Aprenda a confiar en él y pronto descubrirá mejor que nadie cuál es el sentido profundo del masaje.

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